martes, 3 de junio de 2008

Arrecia la represión


Por: Pablo Aure - El Carabobeño 02/06/08 - Resulta tedioso hablar de los desafueros del régimen, pero hay que gritar a los cuatro vientos que se pretende en Venezuela revivir viejos esquemas de represión y persecución política como los que trágicamente padecieron los venezolanos que debieron enfrentar la crueldad de aquella policía perezjimenista llamada Seguridad Nacional. Estamos hastiados de las constantes barbaridades y atropellos que Hugo Chávez Frías comete en contra del Estado de Derecho (que, si en alguna parte existe es únicamente en la letra de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela). El Presidente constantemente amenaza con arreciar los embates de la revolución socialista. Lo que se respira en el ambiente político es la puesta en marcha de más represión. Hablar de Estado de Derecho llama a proclamar una verdadera división de poderes, y más libertades. De verdadero respeto a los Derechos Humanos fundamentales. Es tener un poder Legislativo que legisle, y un Poder Judicial que aplique la Ley, ambos con independencia y autonomía, sin esperar por ello ser reprendidos por el jefe del ejecutivo nacional cuando no satisfacen sus pretensiones. En los países donde hay Estado de Derecho se reconoce el perfecto control de los actos del Poder Público, siendo sobreentendido que ni un presidente, ni ningún otro alto funcionario puede hacer lo que le venga en ganas. Por tal razón, debemos expresar que con el inconstitucional Decreto con rango, valor y fuerza de Ley del Sistema Nacional de Inteligencia y Contrainteligencia, una vez más se demuestra que en Venezuela no hay tal Estado de Derecho, ya que esa Ley salió del bolsillo presidencial amparado por unos supuestos poderes que sumisamente le delegó la Asamblea Nacional a través de la Ley Habilitante. De paso, sostengo categóricamente que una materia como la que pretende regularse con esta Ley es de estricta reserva del Poder Legislativo, es decir, nunca delegable al Ejecutivo. Señores, no crean que con esta nueva Ley el gobierno hará lo que antes no había hecho. No, estoy seguro de que continuará con sus labores habituales pero, de ahora en adelante, cubierto con un aparente manto de legalidad. No hace falta conocer mucho de Derecho para delatar los vicios de inconstitucionalida d que tiene la Ley de Inteligencia y Contrainteligencia. Con la Constitución que tenemos; con los pactos válidamente suscritos por Venezuela que garantizan los Derechos Humanos, y con el vigente Código Orgánico Procesal Penal, es imposible juzgar a una persona violándosele el debido proceso. Digo esto, porque en algunos de los artículos de la fulana Ley se establece la posibilidad de que sin orden judicial o participación de un fiscal, la policía pueda escudriñar pruebas y mantenerlas en secreto para incorporarlas al proceso cuando lo creyere conveniente; esto lógicamente se traduce en una brutal violación al derecho a la defensa que le asiste al investigado. Se trata de algo en lo que a todo gañote puede afirmarse como un gigantesco retroceso en materia de derechos humanos. Ya han anunciado que contra ese Decreto Ley intentarán un recurso de nulidad ante el Tribunal Supremo de Justicia. Esperemos a ver cuál será el resultado. No abrigamos esperanzas. Mientras esto sucede, la policía civil o militar seguirá cometiendo atropellos. ¿Inteligentes por obra y gracia de una Ley? Si no fuera por la tragedia que estamos viviendo los venezolanos, pudiera parecer gracioso que a un gobierno tan torpe y desacertado, cuyo ministro de la Defensa abiertamente califica de burros y pocos inteligentes a los militares que actúan con apego a la Constitución, se le haya ocurrido dictar una Ley de Inteligencia y Contrainteligencia. Pero en realidad lo que ocurre es que los gobiernos militaristas creen arreglar todo con esto de la inteligencia y la contrainteligencia. Los militares cuando están en el gobierno se representan hipotéticos escenarios en que se está bajo amenaza de un enemigo imaginario al cual hay que descubrir y contraatacar. El imperio norteamericano -¡qué pulso!- es el escogido en este caso. ¡Vaya desgracia la que estamos viviendo!. Un incompetente como jefe de gobierno, repleto de dinero y jugando a lo que aprendió (¿?) en la escuela. Sobre guerras, batallones y enemigos es lo que se le escucha hablar. Tenemos diez años sumidos en este berenjenal y sin que por ahora tengamos fecha probable de solución. Si viviéramos en un país donde se respete la voluntad popular y las normas constitucionales, no dudaríamos en afirmar que la fecha de partida sería enero del 2013; pero, como dije anteriormente, el irrespeto al Estado de Derecho es una constante del régimen, por lo tanto nadie sabe ni cuándo ni cómo terminará esta pesadilla y si los venezolanos en verdad entendemos lo que dicen los artículos 333 y 350 de la Constitución. No hay que esperar el fin del período para que un gobierno violador de la Constitución se vaya. Créanlo, para vaticinar que deberá ser más temprano que tarde no hace falta tener una Ley de inteligencia y contrainteligencia. Guerra avisada Se aproxima el mes de noviembre y todavía no se vislumbra la unidad opositora. Al contrario, cada día observamos mayores desacuerdos. Esperemos que en algún momento se pongan de acuerdo. Con el oficialismo no ocurre esto, ya que ayer se sometieron a un proceso interno escrutado en Miraflores. Ellos lo aceptaron así, y allá ellos. Mientras el oficialismo ya tiene sus candidatos, con berrinches o no, pero ya los tiene, en la oposición los precandidatos siguen rascándose la cabeza para ver cómo logran hacerse de las candidaturas definitivas. El tiempo pasa y no hay un mensaje claro opositor a este gobierno que venga de los precandidatos. Pero no solamente es que no hay un mensaje claro, sino que tampoco sabemos si el registro electoral permanente es confiable. Por lo menos, hasta ahora no sabemos ni siquiera por cuántos votos le ganó el No al Sí el pasado 2 de diciembre; y no sabemos por qué los supuestos líderes de la oposición no han presionado con fuerza para que se den los resultados del 2-D. Dicen que llegaron a un acuerdo para que la gente no se desmovilice en el sentido de no seguir diciendo que el Consejo Nacional Electoral no es confiable o está parcializado y no respetará la voluntad popular. De todos modos, hay que tener mucho cuidado. dientemente de que confiemos o no en el CNE al pueblo hay que hablarle con la verdad. Los engaños de la dirigencia es la que mantienen a Chávez en Miraflores. No les hablo de conchas de ajos. El informe publicado ayer en el diario El Nacional nos dejar ver que el CNE desechó 1,8 millones de votos en el referéndum del 2-D. A seis meses del referéndum no tenemos un boletín oficial. Mi preocupación: ¿cuál será el comportamiento de los candidatos opositores para defender sus triunfos?... guerra avisada no mata soldado. Cuando digo que la oposición no se pone de acuerdo, como demócrata sé y entiendo que es lo ideal que varias fuerzas, corriente y hasta tendencias participen en elecciones. Pero vivimos una emergencia nacional. No se trata de una contienda entre demócratas, sino de tener que vencer a los enemigos de la democracia, que manejan todo el dinero y el poder, sin escrúpulos. Desde luego, una tarea titánica como esa de recuperar la democracia convoca el acuerdo unitario y hace permisible diferir principios básicos de convivencia democrática como aquel que asegura a todos poder participar libremente. http://es.mc264.mail.yahoo.com/mc/compose?to=aurepablo61@hotmail.com

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